Hoy en día, aún nos encontramos con que muchos actores de la industria de TI no tienen claro cuál es la diferencia entre adoptar el uso de una red VPN e implementar una solución de virtualización. El concepto es en realidad muy sencillo, las ventajas y el alcance de una solución de virtualización son evidentes y van más allá de la solución en sí misma.
Una VPN, es una tecnología de red que se usa para conectar una o más computadoras a una red privada utilizando Internet. Las empresas solían ofrecer una VPN para que sus empleados desde sus casas, hoteles, etc., pudieran acceder a la información corporativa.
Con soluciones tipo VPN usualmente, el ancho de banda es insuficiente. Cuantos más usuarios existan en la conexión VPN, menos ancho de banda quedará disponible para los usuarios individuales. Además, la conectividad no es muy estable, por lo que suele ser necesario conectarse reiteradamente cada vez que se necesite.
La virtualización en cambio, permite que tengamos los recursos corporativos como aplicaciones e información en formato de pixeles, lo que hace que el proceso sea mucho más liviano. Por ende, se consume un menor ancho de banda y la velocidad de la conexión es igual a la que el usuario tiene en la compañía. El número de usuarios no afecta la velocidad con que se despachan los recursos.
Además, toda la información se encuentra en el centro de datos, lo que hace posible acceder a ella desde cualquier lugar, a través de cualquier dispositivo, sin necesidad de la instalación previa de un software o sin la necesidad de que el empleado esté en un sitio fijo.
Al reducir los tiempos de conexión, instalación de software y uso de hardware adicional que requiere una VPN, las compañías pueden brindar a través de la virtualización una herramienta óptima para que sus empleados puedan ser productivos a cualquier hora del día, sin importar el lugar donde estén o el dispositivo que usen.
Según el último estudio sobre movilidad empresarial que llevamos a cabo en Colombia, el 89 % de las empresas observó un incremento en la productividad de los empleados al implementar soluciones de virtualización y movilidad. Este es sin duda, un escenario en el que vale la pena reflexionar sobre las diferencias entre estos dos caminos y asegurar decisiones de inversión inteligentes.
